Reseña: Orlando Fals Borda

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Reseña: Orlando Fals Borda

Orlando Fals Borda es reconocido como el sociólogo más importante en la historia de Colombia. Nació en Barranquilla el 11 de julio de 1925, en el seno de una familia compuesta por su padre, Enrique Fals, su madre, María Borda, y cinco hermanos. Recibió una formación presbiteriana en el Colegio Americano antes de iniciar sus estudios en Estados Unidos, donde comenzó con Literatura Inglesa e Historia en la Universidad de Dubuque (Iowa) en 1947. Posteriormente, descubrió su vocación en la sociología, obteniendo una maestría en la Universidad de Minnesota (1953) y un doctorado en Sociología Latinoamericana en la Universidad de Florida (1955).

Al regresar a Colombia, Fals Borda trabajó en su tesis doctoral, centrada en la relación entre “El hombre y la tierra en Boyacá” cuyo subtítulo planteaba uno de los temas centrales de su pensamiento: Bases socio-históricas para una reforma agraria. Durante este proceso, se dio cuenta de que su formación teórica, basada en el funcionalismo estructuralista norteamericano, no era del todo adecuada para abordar la realidad colombiana. Aunque se graduó presentando su trabajo dentro de esta tradición paradigmática, comenzó a desarrollar un enfoque teórico y metodológico propio, más alineado con una perspectiva latinoamericana.

Su obra ha sido reconocida a nivel latinoamericano y mundial, editada en múltiples ocasiones y traducida a varios idiomas, incluidos inglés, portugués, francés, italiano, alemán y japonés. Fals Borda fue un científico social riguroso y comprometido que, a lo largo de sus 83 años, desarrolló un pensamiento crítico para analizar los grandes problemas de Colombia en el contexto latinoamericano. Su compromiso político se tradujo en significativos logros en diversos campos, reflejando su deseo de contribuir a la transformación social. Como él mismo expresó: “El propósito de casi todos mis trabajos ha sido claramente político en el buen sentido del concepto: quería informar y enseñar sobre las realidades encontradas a través de investigaciones interdisciplinarias en el terreno, con el fin de llevar a los lectores, a las masas y a sus dirigentes a actitudes y actividades capaces de cambiar la injusta estructura social existente, especialmente en los campos. Así contestaba el comprometedor ‘para qué’: para defender el control y uso de tierras y aguas –con el elemento humano—que han nutrido la vocación histórica y la identidad cultural de nuestros pueblos, hoy amenazados por ALCAS y TLCs, lo cual es estratégico para la sobrevivencia del Sur y hasta del mundo”.[1]

Un breve recorrido por su trayectoria vital ilustra sus aportes: en 1959, junto a Camilo Torres Restrepo, fundó en la Universidad Nacional de Colombia la primera facultad de sociología del país, de la cual fue decano. Su trabajo investigativo y organizativo en la comunidad de Saucío, en la vereda de Chocontá (Cundinamarca), dio origen a la primera junta de acción comunal, que posteriormente fue reglamentada por la Ley 19 de 1958, permitiendo la creación de Juntas de Acción Comunal a nivel nacional. Fals Borda también formó un equipo junto con Eduardo Umaña Luna y Monseñor Germán Guzmán Campos para realizar una innovadora investigación del doloroso período (1946-1964) de La Violencia en Colombia, una obra fundamental en la producción sociológica nacional sobre los procesos políticos y sociales de un conflicto armado interno que costó la vida a miles de colombianos y cuya persistencia ha mutado con nuevos actores y nuevas modalidades de acción.

Su pensamiento se inscribe en la tradición de la sociología crítica latinoamericana, que propone un compromiso político orientado hacia la transformación profunda de la sociedad. Fals Borda enriqueció esta tradición con su enfoque metodológico de investigación-acción participativa (IAP), que implica una investigación rigurosa de la realidad, una praxis transformadora de las injusticias sociales y una participación activa de la comunidad para su empoderamiento como sujetos de cambio.

Sus aportes en la metodología de la IAP ofrecieron alternativas para desarrollar una ciencia propia, más allá del colonialismo intelectual. Este debate alcanzó gran relevancia en el ámbito latinoamericano desde 1969, cuando se discutió en el IX Congreso de Sociología Latinoamericana en México, donde el maestro Fals Borda coordinó una mesa de debate sobre la doble crisis de la sociología en América Latina, que dio pie para sus reflexiones y propuestas en su texto “Ciencia Propia contra el colonialismo intelectual”.

Entre sus innumerables logros investigativos y académicos destacan “Campesinos de los Andes”, un libro fundacional de la sociología rural en Colombia; el ya mencionado “La Violencia en Colombia”, pionero en la denominada “violentología” en nuestro país; y los cuatro tomos de la “Historia Doble de la Costa”, que incluyen “Mompox y Loba”, “El Presidente Nieto”, “Resistencia en el San Jorge” y “Retorno a la Tierra”. Estos textos se caracterizan por circular a través de dos canales de comunicación: el canal A narra, desde la voz del pueblo, los hechos históricos significativos que configuraron las características esenciales de la región, mientras que el canal B explica, con rigor teórico y metodológico, la realidad social e histórica, utilizando conceptos de diversas disciplinas como sociología, historia, economía y antropología. Ambos canales se complementan y mantienen su unidad, permitiendo diferentes formas de lectura: pueden leerse por separado o de manera alterna, siguiendo los llamados de cada canal.

Una faceta importante de resaltar es su compromiso político en la búsqueda de soluciones a los problemas del país. Fals Borda impulsó el fortalecimiento de la ANUC, participó en la Asamblea Nacional Constituyente y fue presidente honorario del Polo Democrático Alternativo. Sus planteamientos sobre el ordenamiento territorial están profundamente ligados a problemas estructurales que abordó no solo para Colombia, sino para toda América Latina. Consideraba que repensar el territorio, tanto en su concentración latifundista como en su organización político-administrativa, era fundamental para construir una sociedad más justa y equitativa, sentando las bases para superar conflictos y consolidar la paz. Esta visión se enmarca en una apuesta política incluyente que respeta la riqueza y diversidad de nuestras regiones desde una perspectiva socioambiental y cultural, sin debilitar la unidad del Estado-nación. Sus contribuciones en la construcción de un nuevo ordenamiento territorial en el país son invaluables y se reflejan en la Constitución de 1991.

En resumen, Orlando Fals Borda fue un “sentipensante”: un riguroso científico social que comprendió que una ciencia bien concebida exige una conciencia moral, y que la razón debe ser enriquecida —no dominada— por el sentimiento. Para él, cabeza y corazón debían trabajar juntos, enfrentando desafíos que no se pueden abordar sin posiciones éticas que busquen equilibrar lo ideal con lo posible, a través de una epistemología holística que dialoga con la tradición, pero es capaz de crear y encontrar sus propios caminos.

[1] Introito. Orlando Fals Borda: sentipensante tropical, p. 19, en: Herrera, N. y López, L. (Comps.). (2012). Ciencia, Compromiso y Cambio Social. Textos de Orlando Fals Borda (1a Ed.). Buenos Aires: El Colectivo- Lanzas y Letras.

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