Democracia, paz y estabilidad universitaria: una reflexión por nuestros 84 años
3 de junio de 2025 2025-06-03 10:08Democracia, paz y estabilidad universitaria: una reflexión por nuestros 84 años

Democracia, paz y estabilidad universitaria: una reflexión por nuestros 84 años

Querida comunidad uniatlanticense, reciban como siempre de mi parte un fraternal saludo de paz y bien.
El 3 de junio es un día que nos convoca a la memoria, la gratitud y la reflexión profunda sobre lo que significa ser parte de la Universidad del Atlántico.
Celebramos 84 años de un trayecto construido con esfuerzo colectivo y compromiso social, en medio de los retos propios de una institución pública en permanente transformación.
Desde su fundación, la Universidad del Atlántico ha sido un símbolo de oportunidad, inclusión y progreso para miles de jóvenes, familias y comunidades de la región Caribe y del país. Esta institución nació con una misión clara, orientada a la formación integral de alta calidad. Esa sigue siendo nuestra razón de ser, incluso en medio de los desafíos contemporáneos.
A lo largo de la historia, hemos atravesado momentos de profunda exigencia. Algunos nos han puesto a prueba como comunidad, otros han impulsado nuestra creatividad y capacidad de innovación. Hoy no es la excepción. Vivimos una etapa que nos exige madurez institucional, visión y, sobre todo, compromiso con los valores que sostienen toda vida universitaria: respeto, transparencia, estabilidad y confianza mutua.
Hablar de estabilidad en la universidad no implica negar la diferencia o el disenso, sino todo lo contrario. Significa garantizar que, en medio de la diversidad de opiniones, prevalezca la serenidad, la continuidad de los procesos institucionales y la voluntad de salvaguardar lo que es de todos. La universidad es un bien público y, como tal, debe estar siempre por encima de intereses particulares o tensiones coyunturales.
La democracia universitaria no se agota en lo procedimental. Va más allá de los mecanismos de elección o representación. Se refleja en nuestra capacidad de escucharnos con empatía, disentir con argumentos, proponer sin imposiciones, y sostener una cultura donde las voces diversas no solo sean toleradas, sino valoradas como fuente de riqueza institucional.
El respeto por la diferencia es un principio irrenunciable. Como universidad pública, nuestra grandeza radica precisamente en ser un espacio abierto, plural y diverso, donde convergen personas de distintas culturas, pensamientos, disciplinas y trayectorias. Es esa multiplicidad la que alimenta nuestro carácter crítico y humanista, la que nos permite formar no solo profesionales competentes, sino ciudadanos éticos y conscientes de su entorno.
Hoy más que nunca debemos reafirmar nuestro compromiso con la paz, no solo entendida como la ausencia de violencia, sino como una práctica cotidiana que nos invita al diálogo para la construcción colectiva. En una sociedad que muchas veces parece fracturada, la universidad tiene la oportunidad de ser un modelo de convivencia, donde se promueva el entendimiento por encima de la confrontación, y donde las diferencias se tramiten desde el respeto.
En ese sentido, la defensa de la institucionalidad es clave. Actuar conforme a la norma, con transparencia y sentido de justicia, es el mejor antídoto frente a la arbitrariedad y la improvisación. La fortaleza de una universidad se mide, entre otras cosas, por su capacidad de hacer valer sus principios sin perder su humanidad.
Este aniversario también es un llamado a renovar nuestra adhesión al Estado Social de Derecho, principio constitucional que reconoce la educación como derecho fundamental y pilar del desarrollo social. La universidad pública es uno de los mayores instrumentos del Estado para promover igualdad de oportunidades, movilidad social y justicia. Por eso, su defensa no es un acto individual, sino una responsabilidad colectiva.
Así mismo, en medio de estas reflexiones, no podemos dejar de reconocer los avances significativos que hemos alcanzado en los últimos años. El crecimiento de nuestra oferta académica con programas como el de Medicina y el de Intérprete de Lengua de Señas Colombiana-Español 100% virtual, la consolidación de proyectos de infraestructura, el fortalecimiento de la investigación, la internacionalización y los procesos de Acreditación en Alta Calidad son logros que hablan de una universidad que sigue proyectándose, que no se detiene y que se atreve a soñar más alto.
Es claro que nada de esto sería posible sin el compromiso de ustedes: de quienes enseñan, de quienes aprenden, de quienes investigan, de quienes gestionan, de quienes cuidan. A todos los miembros de la comunidad uniatlanticense, mi gratitud y reconocimiento. Ustedes son la razón de ser de esta universidad. Ustedes le dan vida, identidad y propósito.
Hoy, al cumplir 84 años, reafirmamos que la Universidad del Atlántico no es solo un lugar donde se imparten clases o se entregan títulos. Es un espacio vivo, en permanente diálogo con la sociedad, que educa para la libertad, que forma para la vida a los líderes del futuro, transformando realidades desde el saber.
Sigamos cuidando esta casa común, con afecto, compromiso y visión, porque esta universidad es de todos y su destino nos pertenece a cada uno de nosotros.
Académicamente,
Danilo Hernández Rodríguez
Rector